ACTÚAN HOY
• A las 22 en el teatro Alberdi (Crisóstomo Álvarez y Jujuy).

Platón en una clave de sol que inspiró a Charly García; Friedrich Nietszche en las letras de Luis Alberto Spinetta, y Jacques Derrida en fa mayor.

La mezcla puede sonar rara, pero todo termina conjugando. Esta es la propuesta de “Desencajados”, el espectáculo en el que dialogan la filosofía y la música sin buscar que una se imponga sobre la otra, sino en la búsqueda de una construcción común en donde florezca lo creativo. En el medio, se desacomodan los prejuicios y las ideas preestablecidas, para así volver a pensarlas y construir un nuevo equilibrio.

Del lado de los filósofos estará Darío Sztajnszrajber (conocido por programas de la televisión como “Mentira la verdad” y “El amor al cine”), mientras que la canción será aportada por la banda de la cantante Lucrecia Pinto, el guitarrista Martín Capici, el bajista Juan Finger y el percusionista Lucas Wilders, todos con la puesta en escena de Juan Bautista Carreras.

Lejos está este espectáculo de ser una competencia para ver cuál se impone sobre el otro, aclara de entrada Sztajnszrajber en la entrevista con LA GACETA. “Mostramos a cada género en su singularidad, no traducimos de uno al otro. La diferencia suma y la composición entre ambas no los disuelve. Pretendemos dimensionar lo filosófico de la música y lo musical de la filosofía”, afirma.

- ¿Hay una confrontación, sin el objetivo de eliminar al otro?

- Sí existe una confrontación. Para nosotros el diálogo no debe llegar a la fusión, porque en ese extremo, uno fusiona al otro como dice Nietzche. Hay uno de los dos que gana, oprime y disuelve al otro, que es cuando se produce la violencia. En el nuestro, se manifiesta un conflicto creativo, en los términos de una construcción. El problema no tiene que ver con la diferencia, sino con la imposición de una de las partes sobre la otra.

- ¿Qué usa cada uno del otro?

- Así como en la filosofía hay ritmos y melodías, en la música que hacemos en el espectáculo hay búsquedas existenciales. Pero ambas manifiestan su singularidad.

- ¿Trabajan a partir de las letras de las canciones?

- No, de ninguna manera nos ponemos a analizar las letras. No es esa la propuesta, sino que mientras abordo una temática filosófica, encontramos una canción del rock nacional que exprese la misma búsqueda desde su propia estética. El otro, la otredad, está representada por la música.

- ¿Cómo lo llevan a escena?

- A través de cuadros y cada uno tiene su propia pregunta. Los temas que abordamos son el amor, el tiempo, el poder, la pregunta como concepto, Dios, el otro... Cada uno nos permite encararlo tanto filosófica como musicalmente.

- Ustedes hablan de un desmontaje...

- En realidad son dos. El primero tiene que ver con desencajar los valores instituidos o hegemónicos de los distintos temas que abordamos. Siguiendo a Derrida, deconstruimos las formas instituidas con las que vivimos en esta sociedad, que son los temas que te respondí antes. Y todos los que vienen a vernos salen bastante desencajados acerca de los conceptos que tocamos. El segundo tiene que ver con el formato con el que trabajamos, que no es lo común. Yo no leo textos ni doy clases en un sentido tradicional: voy del stand up humorístico al hablar del amor con los mitos griegos, o de interpretar actoralmente a un personaje de Nietzche, que es el loco, a hablar directamente con el público con la ruptura de la cuarta pared teatral o a brindar explicaciones. Y también se desmontan los temas del rock nacional al versionar sus ritmos. Así, una canción de los Redonditos de Ricota está en versión tango, y otro de Charly en bossa nova.

- ¿Lucrecia Pinto fue la responsable de elegir las canciones?

- Lo hicimos juntos, pero ella es la encargada de toda la dirección musical, y yo, de los textos.

- No le prometen ninguna comodidad al público.

- No es una propuesta condescendiente, sino que avanzamos a martillazos. En estos cuatro años en que llevamos haciendo la obra, el público se siente tocado, sale con cierta perplejidad y su devolución es de profundo agradecimiento por haber sido sacada de esos lugares de comodidad, de las creencias que considera obvias. La cuestión de la incomodidad es clave.

- Estás identificado con el pensamiento kirchnerista. ¿Cómo evaluás este momento del país?

- Las sociedades tienen sus ciclos y hubo una elección donde se votó un cambio de modelo. Y lo que se eligió se está plasmando sin ningún tipo de eufemismos. Hubo promesas de continuidad que no se concretaron, pero en términos ideológicas se está ejecutando la propuesta que se dio el año pasado. No estoy sorprendido. No es el modelo político que a mí me representa, pero es el que ganó. Habrá que ver cómo se desarrolla en estos cuatro años y quienes pensamos distinto debemos trabajar para plantear una alternativa de país.